Fumar marihuana es un derecho


El sociólogo Juan Pablo García Vallejo considera que es necesario revisar las leyes de nuestro país para que el consumidor de cannabis no sea visto como un delincuente.

Por Francisco Nieto Balbino


Diario de Ecatepec, Edomex, Abril 24 (El Centro).- Por más de dos décadas Juan Pablo García se ha dedicado al estudio cultural, histórico, social y científico de la marihuana en México. Desde 2005 edita trimestralmente la Gaceta Cannábica, publicación cultural de la planta amiga, y es el creador del Primer Manifiesto Pacheco, que se hizo famoso en la década de los 80 luego de la captura del capo Rafael Caro Quintero.

Sociólogo y oriundo del municipio de Ecatepec de Morelos, Estado de México, explica a El Centro que es un error encorchetar a la marihuana con otras drogas, como la cocaína y la pseudoefedrina.

Asimismo, el sociólogo considera viable la revisión de las leyes en nuestro país para dejar de considerar al consumidor de marihuana como delincuente, pues a su decir es un derecho fumar marihuana cannabis (nombre científico de la marihuana), como lo tienen aquellos que gustan del cigarro.

Sin embargo, ve aún lejano el día en que la cúpula política y los medios de comunicación traten el tema con la seriedad que se requiere. La marihuana o cáñamo, explica, llegó a América para incentivar la economía de los pueblos conquistados, mediante la industria textil.

Posteriormente, los indígenas comenzaron a usarla para medicina tradicional y le cambiaron el nombre por el de marihuana, raíz del nombre de pila de las curanderas, que en su mayoría eran conocidas como María o Juana.

La Cámara de Diputados analiza una iniciativa que replantea las penas de cárcel a los portadores y consumidores de marihuana. ¿Qué opinas?

Es una petición muy antigua. La demanda por legalizar la marihuana en México data de varios siglos. El primero en proponerlo fue el jesuita José Antonio Alzate en 1772, quien solicitó a la Corona Española tolerancia para su cultivo. Incluso uno de los primeros personajes en sembrar esta planta fue Fray Juan de Zumárraga, quien ocupó los terrenos de lo que hoy se conoce como Valle de Chalco.

Con el cáñamo se puede hacer productos textiles muy resistentes, como la ropa, la vela de los barcos y artesanías. En esa época, la planta era muy común y no espantaba a nadie. Una de las anécdotas poco conocidas es, por ejemplo, el Bastón de Mando que recibió de su comunidad Benito Juárez, luego de convertirse en el primer presidente indígena de México. Ese bastón está hecho de cáñamo y se puede constatar en el Museo Recinto a Juárez en el Palacio Nacional.

El tema se volvió a abordar a principios del siglo XX, cuando el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios, con Diego Rivera a la cabeza, escribió un manifiesto para que se dejara de considerar la distribución de cannabis como un delito. Esa generación de intelectuales le dio realce social a la marihuana, que por siglo estuvo considerada como un producto exclusivo de los extractos más bajos de la sociedad. Más tarde. otras expresiones culturales que van desde la literatura, la música, el cine, entre otros, abordaron el tema desde varios ángulos y nacieron personajes como Don Chepito Mariguano, creado por el artista Guadalupe Posada, o cómicos como Tin Tan, que de plano se burlan de esa sociedad conservadora.

¿De dónde sale esa estigmatización hacia la marihuana?

De la sociedad misma, implementando por los políticos, empresarios, médicos y medios de comunicación. Con el nuevo orden constitucional de 1917 se empieza a encorchetar a la marihuana y a sus consumidores. Se comienza a hablar de penas de cárcel y sanciones por usarla. Sin ningún elemento científico, meten a la marihuana a la misma bolsa que de otras sustancias tóxicas y así se viene debatiendo hasta nuestros días. Sin embargo, el fenómeno del narcotráfico, “otra de las lucrativas invenciones políticas”, hacen parecer que tiene similitudes, cosa más alejada de la realidad.

Entonces, ¿por qué seguir impulsando la demanda?


Porque es un derecho. Un derecho como lo tienen los fumadores de tabaco; un derecho como las demandas de la comunidad gay; un derecho como las peticiones de los pueblos indígenas. Más bien qué derecho tienen ellos de poner o quitar penas. La iniciativa que está con los diputados es en lo general positiva, sin embargo tampoco aborda el tema con la seriedad que se requiere. Éste más que ser un problema de salud es de educación.

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