Raquel Tibol recibió medalla de oro del INBA


Por Juan Pablo García Vallejo

Ciudad de México, Feb 22 (Arte).- En el Salón de Recepciones del Museo Nacional de Arte se congregaron diversos grupos de invitados a la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes a la historiadora y crítica de arte, Raquel Tibol.

Así, pintores, periodistas culturales, editores, directores de museos y lectores de esta especialista en arte, la acompañaron en un merecido reconocimiento realizado por el INBA por sus más de 50 años a favor del estudio y divulgación y crítica de la producción plástica mexicana y al estudio de diversos pintores como Tamayo, Rivera, Orozco, Hermengildo Bustos, Frida Kahlo, etc.

“Hoy rendimos homenaje a una mujer que se ha dedicado con pasión al trabajo durante más de cinco décadas, ensanchando nuestro conocimiento de las artes plásticas y de la vida de los grandes creadores mexicanos”, expreso la directora del INBA, Teresa Franco.

Raquel Tibol llegó a México en 1953 invitada por el pintor Diego Rivera que se convertiría en su maestro y comenzó a colaborar en el periodismo de la crítica de arte tanto en los principales periódicos metropolitanos como Excélsior, El Nacional, Unomásuno, La Jornada y revistas como la Revista de Bellas Artes, México en el Arte, Historia y Sociedad, Siempre! y Proceso en el que colaboró durante 24 años.

También propicio la historia y crítica de arte a través de programas televisivos. Considera a la crítica de arte como un género literario con todos los derechos de ciudadanía dentro del periodismo cultural, pero ya en Buenos Aires había comenzado su carrera de periodismo sobre las artes plásticas.

Por su parte, el poeta Marco Antonio Campos señaló que “Raquel Tibol no es mexicana, es mexicanísima. Me gusta imaginarla en Buenos Aires en los años cuarenta, visitando los cafés y galerías de la calle Florida, así como en Santiago, donde se dedicó al periodismo radial. Fue ahí donde conoció a Diego Rivera e iniciaría la historia que la trajo a México a instalarse a la Casa Azul”.

Y más adelante abundó sobre la inconformidad y el sobre nombre que le otorgaron a la critica de arte por su aguda visión: “En la memoria milimétrica de Raquel parece grabarse todo lo que está al alcance de su vista. La han acusado de todo: la han llamado incluso Raquel Cipol, aludiendo al sobrenombre de una policía del arte. Pero lo cierto es que ella es ya una leyenda viva de la cultura en América Latina”.

A petición de la maestra Tibol el pianista Mauricio Nader interpreto algunas piezas del compositor Julián Carrillo y luego de recitar unos versos de Poeta en Nueva York, de García Lorca: “Quiero llorar porque me da la gana/ como lloran los niños del último banco, porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja, pero sí un pulso herido que sondea las cosas del otro lado./ Quiero llorar diciendo mi nombre, rosa, niño y abeto a la orilla de este lago, para decir mi verdad de hombre de sangre matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.”, acompañada por los funcionarios del INBA y de diversas personalidades de la escena de las artes en México, recorrió la exposición Por amor al arte que está compuesta por documentos y fotografías de su archivo privado que se tomo con diversos pintores.

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