La explotación de la fe o el agandalle sexual de los curas, fenómeno muy antiguo en la Iglesia Católica


Juan Pablo García Vallejo

Uno de los niños ultrajados por el padre Juan Manzo vive en Ecatepec

Ciudad de México, Marzo 8 (Abuso sexual).- El último día de la pasada Feria Internacional del Libro de Minería se presento el libro La explotación de la fe. Pastores que abusan sexual y económicamente, del doctor en teología Jorge Erdely que atrajo a muchísima gente para conocer más sobre los sacerdotes gandallas, aunque muchos nos quedamos afuera, pero el éxito de esta presentación es menor frente a la masiva asistencia que acudió a ver a la doctora Raquel Levinstein que rompió todos los récords de asistencia superando a las vedetes culturales del momento.

El autor ha escrito más de 15 libros relacionados con la defensa de los derecho humanos, la religión y el fanatismo; es miembro de la American Academy of Religion, de la Internacional Association for the History of Religion y co-editor de la Revista Académica para el Estudio de las Religiones.

Uno de los méritos de este libro es que comienza por documentar los escandalosos y multimillonarios casos de pederastia clerical en muchas diócesis de los Estados Unidos, luego en Europa y en África, donde las víctimas son las monjitas, porque los sacerdotes creen vanamente que están menos expuestas al virus VIH. Señala que no sólo en la Iglesia católica sino en todas las demás denominaciones religiosas e inclusive las nuevas sectas destructivas existen casos de abuso sexual.

Este texto tiene mayor mérito que los más recientes libros de periodismo de denuncia que han aparecido en los últimos años en el mercado editorial, porque Jorge Erdely es uno de los pocos especialistas en México que escribe sobre abusos sexuales y conoce desde dentro los aspectos de la fe, y por supuesto, tiene un amplio conocimiento de la historia de la Iglesia Católica.

Además se suma la gran ventaja de ampliar el análisis de la actual problemática en ascenso de los curas pederastas, sacerdotes paidófilos o clérigos depredadores de niños, a la defensa de los derechos humanos de los niños victimizados, a la rendición de cuentas de los gastos de la Iglesia católica que son utilizados para indemnizar, silenciar o coaccionar a los menores y sus familias; de la imperiosa necesidad de dar cabal cumplimiento al derecho a la información sobre cómo va el proceso de denuncia contra los abusadores para el conjunto de los fieles y ofrece un manual de sobrevivencia al abuso sexual cometido por sacerdotes.

El autor comenta muchas veces el caso del “pederasta más infame de la historia contemporánea”, el padre Nicolás Aguilar Rivera que abusó de 100 niños de 8 a 13 años durante tres largas décadas y sigue siendo protegido por miembros poderosos de la jerarquía católica, al igual que en el caso del padre Juan Manzo que lleva en su haber 50 abusos sexuales. Uno de los niños ultrajados por este sacerdote y que decidió romper el silencio y derribar la cultura de la impunidad y el encubrimiento vive en Ecatepec de Morelos.

Pero no se queda en la historia reciente sino que va a la historia del México colonial donde existían los curas solicitantes, es decir, curas que abusaban de su poder religioso y social, y particularmente del “secreto de confesión, para obtener favores sexuales de las mujeres.” Detalla el caso de Gaspar Villarias, que en el siglo XVII, abusó de más de 90 mujeres de todos los estratos sociales. Ahora gracias a recientes investigaciones realizadas por antropólogos se sabe que en esa época existieron 800 curas acosadores sexuales. Y que en ese entonces el Tribunal del Santo Oficio si permitía la investigación y daba un castigo a estos miembros de la Iglesia.

El autor se pregunta: “¿En que momento entre los siglos XVII y XX pasa la institución de querer acotar un problema que ya era rampante a la complicidad activa? ¿Por qué en la época colonial, tan cercana al oscurantista medioevo, había más derechos para las víctimas de abusos (al menos podían hablar y se les escuchaba, se removía y sancionaba a los sacerdotes? Es difícil saber.”

También se ayuda de los casos seguidos y documentados por del Departamento de Investigaciones sobre Abusos Sexuales (DIAR), que tiene sus oficinas en el municipio de Naucalpan, en la periferia de la ciudad de México.

En varias ocasiones señala que el empresario Jean Surcar Kuri, quien abusó de más de 25 niñas mayas, si hubiera sido sacerdote estaría libre, pero su poder económico y redes de influencia política no le sirvieron a él de nada.

Y por un momento llega a demandar de los medios de comunicación un mayor seguimiento de las denuncias contra los curas pederastas: “Quién ha visto en televisión un reportaje especial sobre el pederasta más infame de la historia contemporánea, el padre Nicolás Aguilar, un seguimiento o actualización documentada que mantenga al tanto a la ciudadanía y a los fieles?

Esto es fácil de responder, se necesitan periodistas capacitados para tratar estos temas, pues se le olvida a este especialista en teología que en casi todas las profesiones los valores profesionales están influidos en alguna medida por los valores personales; esto sucede también con los periodistas y antes de hacer periodismo de denuncia tendrían que capacitarlos en periodismo de riesgo, y claro tendría que interesarles a ellos, y por supuesto a sus redactores y jefes de información.

Finalmente proporciona una guía práctica para prevenir a tiempo el abuso religioso describiendo los niveles de riesgo que van desde ser miembros de un grupo religioso, los que son simpatizantes y el tercero que es la sociedad. También trata el autoritarismo dentro de las denominaciones religiosas que es lo que casi siempre intimida a las víctimas y sus parientes para que no realicen la denuncia de los abusos sexuales.

La mayor crisis de la Iglesia católica en 500 años.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la pura verdad y para mueestra basta un boton. Nomas vean los videos de You Tube donde se explica que su el pederasta succar kuri hubiera sido sacerdote...nunca hubiera ido a parar a la carcel! Un acierto el agudo libro del Dr Jorge Erdely.

http://www.kaosenlared.net/noticia/si-succar-kuri-hubiese-sido-sacerdote

Guadalupe