Alienación, promiscuidad, drogas y SIDA en la obra Transpotting, la vida en el abismo de Gabriel Retes


Juan Pablo García Vallejo

Agenda Cultural, Diario de Ecatepec, Edomex, Mayo 29 (Teatro Julio Prieto).- La vida cotidiana de unos jóvenes marginales es ahora retomada por el dramaturgo Gabriel Retes en su obra Trainspotting. La vida en el abismo. Y en realidad es un abismo en el que viven estos jóvenes en una sociedad de consumo alienante, escasas oportunidades de desarrollo personal, la amenaza del consumo de drogas y de la potencial infección del VIH. Una puesta en escena que causará seguramente una polémica entre los asistentes, los consumidores de drogas, quienes no las consumen y las gentes que disfrutaron de una sexualidad sin la acechanza del SIDA.

La novela de Irving Welsh nos ofrece una visión directa de la vida de los jóvenes a inicios de la década de los años 80; la película de 1996 atrajo a muchos jóvenes a verse retratados en el sub-mundo de las drogas duras, la promiscuidad sexual, el miedo al SIDA, la violencia visceral y un lenguaje de carretoneros, es decir, de una pobreza lingüística impresionante.

Ahora Gabriel Retes vuelve a retomar esta trepidante historia para ambientarla en la Ciudad de México, con sus chavos sin oportunidades, sumergidos en la alienación y en las drogas que compran en el ya mítico barrio de Tepito. Trainspotting es una costumbre inglesa de apuntar los trenes que pasan, o también el acumular saberes o conocimientos superficiales o sin importancia como la alineación del equipo de fútbol preferido en tal o cual partido. Y no es novedoso que Retes vuelva a tratar la marginación social a causa del SIDA, ya en Wellcome había mostrado como por un acostón ocasional lleva a un hombre al infierno del SIDA y a una inevitable crisis en su matrimonio.

Los actores en escena son Alexander Da Silva, Alejandra de la Mora, Gonzalo García Vivanco, Alejandro Nones, Carlos Macías, Pamela Reiter y Fernando Juvenal, y la producción ejecutiva de Lourdes Elizarraras y la producción de Moisés Cosío. (Haz clic en la imagen para ampliarla)

La anarquía cotidiana de esta pandilla de chavos se ve en todos los momentos. Desde el inicio cuando Marco se despierta bastante confuso y avergonzado al ver que se vomitó, se hizo del baño en la cama de su novia Monserrat García y como al querer llevarse la sabana para lavarla su madre la jala y con ello esparce toda la porquería de excrementos en su comedor y sobre su esposo. Una escena muy desagradable y a la vez muy divertida.

Pasado este terrible ridículo, Marco y Tony Martínez se entretienen platicando sus aventuras en la cama con Marina Bravo con la que tiene sexo oral, anal y demás sin protección.

El principal problema de Marco es que no se puede quitar el hábito de inyectarse heroína. Al principio la mitifican como lo mejor que hay en el mundo, pero al poco tiempo se ve esclavizado y con un cuerpo deteriorado por la droga. En diversas escenas Marco da el consejo: las drogas destruyen, pero sigue consumiéndolas. También sufre el desempleo y la marginación laboral porque no estudio en escuelas privadas sino en públicas.

Una parte bastante trágica de Trainspotting es cuando descubren que Albita está muerta en su cuna y nadie se dio cuenta porque estaban inyectándose o alguno de ellos irresponsablemente le inyecto heroína a la niña.

Marco luego de esta terrible experiencia decide descolgarse, se encierra para resistir el síndrome de abstinencia pero reconoce que está difícil dejar el arpón. Luego va con su dealer Juanito por otra dosis.

Un personaje infaltable en las bandas juveniles es un chavo bravucón, que todo lo quiere arreglar a golpes y a navajazos; es Franco Corona, es el machismo y el agandalle personificado. Y Marco, Tony y todas las chavas lo aguantan porque son unos cobardes.

En la segunda parte se ve como Marco y Alicia logran descolgarse, pero descubren que su amigo Tony con el intercambio de jeringas se infectó de VIH. La noticia es terrible porque en esos tiempos el SIDA era una sentencia de muerte, hoy es una enfermedad crónica tratable.

La marginación y el rechazo social preocupa a sus amigos, debido a que en la puerta del departamento de Tony alguien escribió a discriminadora frase: “Pinches jonkis. Apestado de SIDA”.

Tony se infectó de VIH porque ninguno de sus amigos jonkis tenía la precaución de esterilizar las inyecciones y en el momento de consumo se utiliza la misma jeringa infectada con el virus. Y luego de saberse VIH+ su vida se vuelve todavía más difícil porque rompe con sus padres, con su chava, con sus amigos, muere completamente solo.

La escenografía de Trainspotting no es muy sofisticada bastan unas paredes con grafitos, algunos andamios y varias sillas con ruedas para que los actores den la actuación precisa en cada escena. Transpotting. La vida en el abismo se presenta en el Teatro Julio Prieto los jueves a las 20:30 horas, los viernes a las 19:30 y 21:30 horas, el sábado a las 18:00 y 20:30 horas y el domingo a las 17 y 19 horas. Los derechohabientes del IMSS, los adultos mayores del INAM y estudiantes tienen descuento de 50% en sus entradas y además les sirve para ganarse un boleto para otra obra de Gabriel Retes en ese mismo teatro.

Lo que puede extrañar el público en este Trainspotting mexicanizado es no escuchar la canción Choose life, porque ahí se sintetiza la vida de alienación, el peor escenario posible para la vida de los jóvenes.

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