Cuando Ecatepec arribó al zócalo capitalino… no solo llegó un municipio; acudió una historia completa de lucha, identidad y transformación


El Zócalo de la Ciudad de México amaneció distinto el 6 de diciembre de 2025. No solo por la marea humana que tomó cada calle del Centro Histórico, ni por los tambores, las batucadas, los cantos o las banderas, sino porque este día, Ecatepec —el gigante del Estado de México— llegó al corazón político del país con una presencia que difícilmente se podía ignorar.

Miles de ecatepenses salieron desde la madrugada rumbo a la Ciudad de México, muchos desde las colonias más lejanas, para asistir a un aniversario que hoy es parte fundamental de la vida pública mexicana: los 7 años de la transformación nacional. En cada rostro había una mezcla de orgullo, convicción y una enorme emoción colectiva.

Al frente del contingente ecatepense: la alcaldesa Azucena Cisneros, una voz que no solo conduce un gobierno, sino que representa el sentir de miles de familias que han vivido los cambios de estos años. Ella lo dijo con claridad:

“Somos miles de ecatepenses que estamos aquí respaldando a nuestra presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum. Que sepa que en Ecatepec la queremos, que estamos orgullosos de ella y que estamos muy agradecidos, porque todo lo que ha hecho por nosotros no tiene precio.”

La frase no era solo un posicionamiento político. Era el eco de cientos de comunidades que han visto cómo las instituciones vuelven a caminar; cómo el agua regresa, cómo la seguridad se fortalece y cómo la obra pública deja de ser fantasma para convertirse en calles vivas. Era, también, una afirmación de identidad: Ecatepec está presente, participa y tiene rumbo.

Y entre la multitud, como parte de ese mismo latido social, estaba el diputado Octavio Martínez Vargas, quien lo expresó sin medias tintas:

“Estamos celebrando los primeros 7 años de la izquierda gobernando México con un enorme conjunto de programas sociales de resultados positivos. Hoy, el tigre de los ciudadanos está suelto para respaldar las políticas de Morena en nuestro país.


El “tigre ecatepense”, como él mismo dijo, rugió fuerte. Gritó “¡E, E, Ecatepec!”, “¡E, E, Ecatepec!” y “¡Claudia!”, “¡Claudia!”, porque la política dejó de sentirse como un ejercicio lejano y volvió a sentirse como lo que siempre debió ser: una construcción entre la gente y su comunidad.

Cientos de familias caminaron desde el Hemiciclo a Juárez, donde se reunió el contingente, hasta la plancha del Zócalo llevando una manta monumental con la imagen de la presidenta Claudia Sheinbaum y la frase: “Ecatepec con Claudia, en defensa de México y la democracia.” Allí, Ecatepec no solo acompañó: se reconoció como parte activa de una etapa histórica.

Azucena Cisneros lo resumió en una línea que hoy resuena en cada calle del municipio: “La transformación se construye todos los días, en la calle y con la gente.”

Ecatepec llegó al Zócalo y este día fue protagonista, fue símbolo, fue comunidad en movimiento.

Y mientras el Zócalo vibraba con la presencia de miles de mexicanos de todos los estados, Ecatepec dejó claro que los cambios nacionales no son ajenos a su propio proceso interno, donde la recuperación institucional, el orden público, la seguridad, el abasto de agua y la participación ciudadana han comenzado a reescribir una historia distinta.

Este artículo no busca convencer a nadie, solo quiere dejar constancia de algo que miles vieron y vivieron: Ecatepec asistió al Zócalo capitalino con dignidad, con fuerza y con futuro, y cuando un pueblo camina así, es imposible detenerlo.

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