Rumbo a la conmemoración de los centenarios


Juan Pablo García Vallejo

Diario Cultural, México, DF, Julio 22.- Ya comienza a calentarse el ambiente académico, social, político y artístico para la conmemoración y celebración del Bicentenario de la Independencia de 1810 y del Centenario de la Revolución mexicana de 1910.

Por tal motivo la Fundación 2010 Conmemoraciones AC, presentó en el Museo de la Ciudad de México el Proyecto CIDE centenarios 2010, que organizó con esta institución de educación superior y el Fondo de Cultura Económica. Esto es porque todos los mexicanos o mejor dicho a mexicanos que tengan interés en su historia puedan reflexionar quiénes somos los mexicanos y cómo ha cambiado México luego de 200 años de Independencia y 100 de haber sucedido la primera revolución social del siglo XX.

No solo es la celebración de estos importantes centenarios señaló Ana Lilia Cepeda presidenta ejecutiva de la Fundación 2010, sino “el pensar el futuro revisando el pasado para que los mexicanos puedan tener un mejor país”.

Son dos fechas importantes de la historia patria que tienen que volver a estudiarse, celebrarse, conmemorarse e inclusive reconstruirse porque hay cosas que todavía no tenemos muy claro. Por ejemplo ¿Por qué si la Nueva España se independizó de la Corona Española nunca se dijo nada de las Filipinas ya que estaba considerada como parte de la Audiencia de la Nueva España? ¿Por qué no sabemos donde quedaron los restos del Siervo de la Nación y se sigue diciendo y escribiendo que están en la Columna de la Independencia? ¡En la novela Tropa vieja, un simple soldado, un Juan, reflexiona y le reclama al padre de la Patria, el cura Don Miguel Hidalgo no haber hecho la tarea revolucionaria de forma completa por que luego de 100 años de Independencia seguía existiendo la misma miseria para el pueblo!

Ya varias instituciones de educación superior como el Instituto Mora, la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) comenzaron a publicar sus revistas conmemorativas o dieron ya inicio a seminarios de estudio y discusión de estas hazañas históricas.

Dentro del Proyecto CIDE centenarios 2010 se realizó el seminario Historia críticas de las modernizaciones en México, que tuvo como objetivo “revisar el concepto de modernizaciones y analizar de manera interdisciplinaria, desde una perspectiva histórica crítica aquellos esfuerzos que datan –por lo menos desde el siglo XVII- por transformar el país.”

Se trata de analizar las modernizaciones no la modernización, explico Ignacio Marván, “para romper con esa historia lineal, evolucionista, épica, predestinada a un supuesto final feliz, que se ha tratado de promover en México en diversos periodos”. Por historia lineal debemos entender que va del sufrimiento, promesa y recompensa que se plantea cualquier sociedad y que esta historia esquemática siguió aplicándose a otros periodos históricos como la Independencia y la Revolución de 1910, siempre a partir de los intereses muy particulares de los grupos dominantes.

Sin duda para la mayoría de la gente el concepto filosófico, político y económico de modernización es algo muy complejo porque siempre en la historia reciente del país o en los últimos 200 años, los distintos gobiernos han querido llevar a México a la tan anhelada modernización a semejanza de la realizada en los países europeos y los Estados Unidos, pero tales intentos sólo quedan en el papel o son meras copias malas de lo hecho en aquellas latitudes. Lo que se trató de hacer y no se pudo, ni se cumplió lo que se dijo se olvidó ante los pésimos resultados de tan mentada modernización.

En Historia crítica de las modernizaciones participaron 60 especialistas tanto de universidades mexicanas como la UNAM, el Colegio de México, la UAM, del INHA, de la Universidad de Michoacán, del Instituto Mora y del CIDE y algunos mexicanólogos norteamericanos, ingleses, italianos, españoles y franceses que dieron a conocer sus aportes históricos, antropológicos, económicos y jurídicos en siete mesas de trabajo.

En la primera mesa redonda se abordó el Racionalismo, absolutismo Ilustrado y Reforma (1750-1808), es una revisión de las reformas borbónicas donde no todos los cambios fueron buenos sino contraproducentes; en la segunda, La Revolución novohispana y la independencia, se analizó la quiebra de la monarquía española y la jerarquía católica y el nacimiento de nuevos actores sociales; en la tercera Nación, Constitución y Reforma, siglo XIX, donde se discutió la constitución de un país independiente, los alcances y límites de los intentos de reforma, la construcción del Estado, la transformación de la economía, la relación entre gobernantes y gobernados; en la cuarta, Revolución y reconstrucción nacional, se trató el análisis del último gobierno de reconstrucción nacional y lo que estaba pasando en el mundo, la tensión entre la tradición y modernidad en la Revolución mexicana y las razones estructurales del conflicto con la iglesia; en la quinta, El cardenismo, que es el momento de quiebre con la revolución de 1910 y surge el proyecto basado en las demandas sociales dirigido por un personaje muy popular; en la sexta, Las ambiciones modernizadoras den la segunda mitad del siglo XX, se discutió los dos proyectos de desarrollo, el modelo de industrialización y el neoliberalismo, los grupos que los construyeron, sus efectos sociales y las resistencias que generaron; y finalmente, la Modernización ¿para que y para quién?

No obstante que poquísima gente asistió a ilustrarse más en su conocimiento histórico en las mesas redondas de este seminario, no hay nada de que preocuparse porque muy pronto las podrá leer con toda tranquilidad, una y otra vez, en la sala de su casa o en alguna biblioteca publica o universitaria luego de que el Fondo de Cultura Económica las publique y de a conocer. Cada intento de modernización ha tenido sus logros, sus limitaciones y por supuesto sus detractores.

Enrique Correa del CIDE expresó que “es necesario recuperar la historia de México, no solo para entenderla, reinterpretarla sino para que entendernos mejor como Nación y tener más clara la intención. Para saber los avances y retrocesos en este empeño de modernización. Hasta donde la historia nos avanza, hasta donde la historia nos retrasa.

En cada proyecto de modernización acumulamos rezagos, somos muchos Méxicos en la nación multicultural que somos hoy. Y se necesita una mayor voluntad política de cambio porque la modernización política está interrumpida. La construcción y reconstrucción de la historia es con una visión hacia delante.”

Con este estudio interdisciplinario y crítico se quiere desmitologizar la historiografía mexicana, romper la versión sexenal de las cosas, crear una historiografía no oficial. En la clausura de este seminario realizada en el CCU de Tlatelolco, Ana Lilia Cepeda subrayó que “un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”.

Y ya vienen los centenarios que hay que celebrar y conmemorar sin apasionamientos, con ganas de saber lo qué somos, sin buscar crispaciones fundamentalistas de buenos y malos, porque más allá de este voluntarismo existen cosas, accidentes históricos, que incidieron en su momento como el que inició en España el movimiento de la Independencia y la carencia de una filosofía revolucionaria para la Revolución de 1910, en la que nadie sabía lo que querían los caudillos regionales, que no nacionales, y que fueron engullidos por su propia energía militarista. Leeré con gusto estos siete libros para que mi ignorancia sea menos y no dejarme engañar por la aún viva historia lineal en tiempos de la democracia.

“Un pueblo sin memoria, es un pueblo sin futuro”

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