Libro Club en el Penal de Chiconautla, sección femenil

La lectura de un fragmento de “Dormitorio 5”, relato autobiográfico de Ana Cerón, abrió sus actividades

Implementará un apoyo moral y activará una mejor calidad de vida para las internas, dijo el alcalde

Agenda Cultural
, Ecatepec de Morelos, Estado de México, Mayo 14 (Libro Club).- Ya van instalados 79 libro clubs en Ecatepec; el más reciente fue abierto en la Sección femenil del Centro de Readaptación de Chiconautla, donde el alcalde José Luis Gutiérrez Cureño dijo que las actividades culturales como el cine club y el propio libro club, “vienen a implementar un apoyo moral y activar una mejor calidad de vida para las internas”.

En el penal de Chiconaultla hay 132 internas, de las cuales casi la mitad son jóvenes, 43% están por robo. El 82 por ciento son madres; quizá por ello les movió el piso la lectura del libro infantil “EL señor Cosquillas” de Rosalía Chavelas, con la cual Gutiérrez Cureño dio paso a que estas mujeres en prisión tuvieran un momento de alegría y de libertad imaginativa.

Pero en este reclusorio también hay presas políticas; aquí está recluida la ex guerrillera Gloria Arenas Agis, quien ha sido ilegal e injustamente sometida a un proceso jurídico lleno de arbitrariedades.

Gloria Arenas, no obstante de haber ganado un amparo en el que demostró su inocencia de los cargos de homicidio calificado por los que se les había sentenciado ilegalmente a 41 años de prisión, se le dejó el delito de rebelión y daño en propiedad ajena, por los que tenían que purgar una condena de sólo 5 años y 3 meses, pero como ella se encuentra recluida desde octubre de 1999, y si Pitágoras no miente, lleva 8 años y medio encarcelada, tendría que haber sido liberada de inmediato.

Mas no fue así, porque le aumentaron la condena de rebelión a 14 años y 2 meses, por lo que la comandante Aurora del Ejército Revolucionario del Pueblo insurgente (ERPI) seguirá siendo una presa de conciencia en el Penal de Chiconautla. Leer más

Regresando a la apertura del libro club dentro del penal, el coordinador de bibliotecas municipales, Nahum Torres Rivera, encargado del Programa de Libro Clubes del municipio señaló, “el sistema penitenciario tiene profundas contradicciones: una de ellas es que encarcela en una misma celda a las y los infractores sin importar si su delito es daños contra la salud, robo u homicidio, eso sin dejar de lado que vivimos una corrupción tremenda, lo que impide que la impartición de justicia sea equitativa”.

“Otra contradicción, agregó, es que para sobrevivir, las reclusas deben reprimir totalmente sus sentimientos y emociones; sin embargo, el arte y la literatura nos ayudan a que éstos afloren".

“Queremos que estas mujeres que sienten mucho aprendan a narrar historias y en poco tiempo también se decidan a escribir la suya”, indicó Torres Rivero. Luego dio lectura de un fragmento del relato autobiográfico de Ana Cerón "Dormitorio 5", incluido en la antología coordinada por Josefina Estrada, Mujeres de Oriente.

“Son las cuatro de la mañana. En la oscuridad y en el silencio analizo mi entorno, mi celda y existencia en este penal. De repente, el ruido de una rata distrae mi atención...”

“…las ratas. Gustan pasearse por los lavaderos, los cuales también son cerrados con candado, pero por nosotros, para evitar el robo de nuestras prendas a muy temprana hora. La puerta es una reja con hoyos muy grandes; para evitar el paso de los roedores al área de las estancias —en la planta baja hay seis—, se ponen cartones; muchas veces se nos olvidan cuando nos gritan que vamos a ser encerradas. Pero las mismas ratas tiran estos cartones y entran al dormitorio. Hay mucho espacio entre los barrotes de nuestras celdas; igual que en los lavaderos. Por eso los animales pueden entrar tranquilamente a las estancias. Una noche, mientras dormía, sentí como si alguien escarbara en mi cabeza. Desperté y me di cuenta de que una rata estaba entretenida con arañar mi cabello. Me congelé y controlé la respiración. Me armé de valor para darle un manotazo. Salió corriendo el animal: sentí el áspero coletazo en mi mejilla. En otro momento de mi vida quién sabe qué hubiera hecho en una situación parecida. Las ratas me acompañan desde la noche que llegué a vivir al dormitorio 5”.

“No se puede ver hacia dentro de las celdas porque todas tienen unas telas rosas, colgadas de los techos, a manera de cortinas. La tela rosa fue insuficiente y algunas han colgado sábanas del IMSS o del ISSSTE para cubrir los huecos de luz. O simplemente para sentir que se tiene un poco de privacidad. El cuadrilátero lleno de basura, tortillas, envolturas, latas de alguna bebida y un sinfin de boquillas de cigarro consumidos en su totalidad. Yo soy fumadora de cigarros a la mitad. Cuatro o cinco bocanadas y aviento el cigarro; una aberración en este lugar.

—No lo tires, manita. Yo me lo fumo.
—Ay, mana, en lugar de tirarlo, guárdalo para la próxima.
—¡Ira, cómo los tiras, no manches!

Esa noche, cuando gritaron mi nombre, me adelanté hasta donde estaba la celadora, cargando mi bolsa con mis pertenencias. Me señalaron mi celda. Sentí frío. Mientras la celadora buscaba la llave, miré hacia la cocineta: una hilera de cucarachas en el suelo. Vi la mesa: era larga con dos bancas. Platos con salsa seca. Sentí asco.

—Pásele.

Con mucha cautela entré al lugar donde hasta la fecha vivo. Tan pequeño. Había cuatro señoras. Una, Lety, dormía en la litera superior. Otra en la litera inferior, una mujer que se veía enorme, con ojos inmensos. Se me imaginó a Ma Baker, la mujer que manejaba a un grupo de gánsters en Estados Unidos durante la depresión. MaBaker, don’t anybody move. Your money or your life. Ésa fue la primera impresión que me dio la señora Paty. Ahora es mi consentida, aunque es una mujer muy difícil de tratar. Tiene 49 años y es costarricense, con ocho hijos, todos de diferentes padres. Fue violada desde los dos años por su abuelo materno, abuso que duró hasta los 12. A los 14 años se lo contó a su madre y ésta la golpeó y la llamó puta mentirosa y …”
(Mujeres de Oriente. Relatos desde la cárcel. Haz clic aquí para leer el texto completo)

En el Club de Lectura en la Sección Femenil del Reclusorio de Santa María Chiconautla se proyecta un programa integral de fomento a la lectura impulsado por el gobierno municipal a través de la Coordinación de Bibliotecas de la Dirección de Educación, con el cual se promoverá el ejercicio de la lectura vinculado al acto creativo, fortaleciendo la expresión escrita y la narrativa oral para incentivar la comunicación y la construcción de la propia libertad individual y colectiva de las internas; ratificando así el derecho que tiene toda persona a gozar de las artes y a tomar parte de la vida cultural de la comunidad.

Con más de un centenar de libros, este Club de Lectura contará con un taller de expresión escrita, así como otro de narrativa oral, los cuales permitirán a las internas apropiarse de su voz para expresar libremente sus historias de vida y posteriormente plasmar estos trabajos en un libro impreso y un audiolibro en formato digital, respectivamente.

Angélica Clemente Muñoz, administradora del Libro Club asistirá dos veces a la semana al penal para orientar a las internas en la lectura y se integren a los citados talleres.

Por otra parte, Silvia Solís López, encargada de la subdirección de Grupos Vulnerables, explicó que estas actividades se realizan con la intención de contribuir en el proceso de readaptación social de las reclusas, por lo que el DIF municipal efectuará acciones periódicamente dentro del penal. (Con información del blog Libro Club Ecatepec, el diario digital Prensa Estatal y la página Edicolibri)

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