Primer Encuentro por la Defensa de los Periodistas



Crece la vulnerabilidad del Cuarto Poder.

Los directores no hacen nada por defender a los reporteros.




Por Juan Pablo García Vallejo

Diario de Ecatepec, Méx. Septiembre 12.- Una panorama bastante difícil viven los periodistas mexicanos de todos los rincones del país en estos tiempos de una democratización ficticia, pues cada año aumenta el número de agresiones hacia los informadores y México es uno de los países donde suceden más asesinatos, al grado de que los dueños de los periódicos están contratando a periodistas que no denuncien o ellos mismos imponen una auto-censura como forma de auto-protegerse como sucedió en Nuevo Laredo, porque nadie los defiende ante los ataques del Sexto Poder, como llamo desde hace 15 años al narcotráfico y el crimen organizado, ni de los diferentes cuerpos policíacos, quienes no se quedan atrás en el agandalle a los informadores.

Pero esta grave situación en la escena periodística se debe a que muchos de los dueños de medios de comunicación carecen de ética periodística, olvidan su responsabilidad social y poco les interesa las condiciones de trabajo de los periodistas o defender los derechos humanos y sociales de éstos, y cuando sucede alguna agresión no hacen absolutamente nada desprestigiando la imagen clásica del periodismo como el Cuarto poder para vigilar a los otros tres que tiene la República, es decir, que no tienen ninguna influencia social. A estos solo les interesa quedar bien con el monólogo del poder, gozar de los placeres que da estar cerca de la viciada y corrupta clase política.

Cada año salen de universidades públicas, privadas y patitas, cerca de 30 mil estudiantes de periodismo, comunicación social o de ciencias de la información y pronto se verá disminuido el número de egresados porque cuando las cosas están muy mal en algún gremio, los jóvenes que deseaban ejercer ese empleo u oficio cambian rápido su elección de carrera. Por ejemplo, esto sucedió con los estudiantes de medicina cuando apareció el VIH, los aspirantes a galenos dejaron de estudiar esta carrera por temor a enfrentarse en algún momento de su trabajo profesional con algún paciente seropositivo.

Antes, los asesinatos y las agresiones múltiples a periodistas aparecían solo en investigaciones y libros de periodismo hechas por periodistas norteamericanos, pero los periodistas mexicanos sabían que entre más lejos de la capital del país se ejerce el oficio, más se vuelve uno vulnerable.

Y poco a poco este desastre social interesó a la Fundación Manuel Buendía para hacer el recuento de los daños de cada año, pero se quedaba solo en un conjunto estadísticas macabras. También este clima catastrófico para la libertad de expresión interesa cada vez más a organismos internacionales de periodistas como Reporteros sin Fronteras, el Comité de Apoyo a Periodistas de Nueva Cork y a la Sociedad Interamericana de Periodistas, etc.

En algunos periódicos europeos ya no quieren estudiantes de periodismo en las redacciones, dan preferencia a egresados de cualquier carrera de ciencias sociales, porque los periodistas noveles pueden saber redactar los géneros de la información pero no tienen ningún conocimiento de cómo funcionan las cosas en los distintos ámbitos de la sociedad global.

Y está gran limitación intelectual los persigue como plaga de por vida. Principalmente porque nunca se plantean actualizar sus conocimientos, creen que lo saben todo pero no es cierto y siempre caen en las mentiras cotidianas y permanentes de los políticos y burócratas gubernamentales como si fueran la última verdad para redactar sus historias noticiosas.

A mi correo me llego la convocatoria para que asistiera al I Encuentro por la Defensa de los Periodistas, que se realizó en el Auditorio Renato Leduc del legendario Club de Periodistas Filomeno Mata.

“El ejercicio de la profesión periodística enfrenta riesgos diversos, incluidos los excesos de improfesionales de la prensa, que también agravian a otros. Pero en México los ultrajes contra periodistas ya sobrepasan la mayoría de índices internacionales. Lo más preocupante es que del año 2000 a la fecha se hayan registrado 42 asesinatos de periodistas y 8 desapariciones, la mayor parte de ellas ligadas al desempeño periodístico, según los reportes de organizaciones humanitarias nacionales e internacionales.

“Tres son los problemas principales que se derivan de ello; al afectar de manera directa a los profesionales de la comunicación se hacen más graves los riesgos para uno de los principales pilares de la democracia, como es la libertad de expresión y el derecho a la información: la inseguridad para el ejercicio periodístico, la autocensura y la impunidad.” señalaron los periodistas convocantes como Balbina Flores Martínez, Rogelio Hernández López, Rogaciano Méndez González, Carlos Padilla Ríos y José Reveles.

Esta convocatoria tuvo una respuesta, digamos que buena, de periodistas interesados en evitar que la violencia siga creciendo contra el gremio informativo en cualquier lugar del país. Pese a que se ha creado una Fiscalía especial de delitos contra periodistas por parte del Gobierno Federal, pero que solo es para que pase el tiempo en los buenos deseos, porque todo se queda en el oscurantista lenguaje jurídico-político y en la obstaculización de las investigaciones o en el clásico carpetazo.

Los periodistas que asistieron enumeraron la serie de males que nos aqueja: saben que no hay quien los defienda de las agresiones; que ningún gobierno les hace caso a las organizaciones de periodistas, unas efectivas y otras completamente fantasmas, en un ambiente carente de solidaridad y una insensibilidad por parte de los directores o dueños de medios porque nos tratan como si no fuéramos seres humanos.

Estuvo bastante claro para los periodistas asistentes a este I Encuentro por la Defensa de los Periodistas que los puntos propuestos por los convocantes no se resolverían en una sola sesión, pues sólo se trató lo de la federalización de los delitos contra periodistas.

“Los periodistas que acudieron al encuentro demandan que las iniciativas y proyectos a discutirse próximamente en la Cámara de Diputados para federalizar los delitos cometidos en contra de periodistas, sean la base mínima para que sin precipitaciones pero a la brevedad posible, los legisladores aprueben una Ley que castigue a los autores materiales e intelectuales de los asesinatos y desapariciones de comunicadores y frene una de sus consecuencias más funestas: la impunidad.”

La creación de redes nacionales o regionales, observatorio o un techo común para prevenir la violencia del crimen organizado, del narcotráfico o de cualquiera de las policías y fuerzas armadas contra periodistas.

“Destacaron que si bien es cierto, es fundamental contar con una legislación que aplique sanciones ejemplares a quienes agravian a los periodistas, es necesario, al mismo tiempo, establecer ordenamientos y mecanismos claros que ayuden a prevenir los crímenes y desapariciones de informadores, así como concretar avances significativos en materia de impartición de justicia.”

Y se acordó continuar con otras reuniones por que sólo los interesados en algún problema grave saben lo que se tiene que hacer y no esperar ayudas milagrosas o inmediatistas para resolver este ambiente bastante destructivo para la libertad de expresión, y por su puesto, una vida social democrática que cada día se desmorona más y solo queda en letra muerta para desgracia de todos.

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