El Festival Abarrotero 2025 se llevó a cabo en la Central de Abasto de Ecatepec con gran éxito
Hay lugares que cuentan historias sin necesidad de palabras. La Central de Abasto de Ecatepec es uno de ellos: pasillos donde se cruzan madrugadas, trabajo, sueños familiares y el pulso económico de un municipio que, a pesar de todo, siempre se levanta.
Este 27 de noviembre, ese corazón volvió a
latir con fuerza con el Festival Abarrotero Ecatepec 2025, un encuentro que no
solo reunió a más de 3 mil participantes, sino que, por primera vez en muchos
años, colocó a las y los comerciantes —los de a pie, los que levantan la
cortina a las 6 am y la bajan bien entrada la noche— en el centro de una
estrategia seria de desarrollo. Y eso, en Ecatepec, importa.
El
reconocimiento a quienes sostienen la economía desde abajo
Durante la inauguración del Festival Abarrotero 2025 en la Central de Abasto de Ecatepec, la presidenta municipal Azucena Cisneros no
habló en abstracto ni desde el escritorio. Sus palabras resonaron porque tocaron una verdad simple y contundente:
“Cada tienda, cada miscelánea, cada negocio
familiar es un esfuerzo incansable… el verdadero corazón de la economía de
nuestro municipio.”
En un país donde los discursos sobre
“crecimiento” suelen alejarse de la gente común, escuchar a una alcaldesa
reconocer públicamente el valor del comercio pequeño es un acto político, pero
también un acto de justicia.
Porque Ecatepec no se sostiene con grandes
corporativos: se sostiene con las 21 mil tiendas de abarrotes que existen en el
municipio, la cifra más alta del país. Tiendas que también son refugio,
memoria, punto de encuentro y sostén económico de miles de familias.
Octavio Martínez y la nueva forma de hacer política: sin cuotas, sin barreras, sin privilegios
El diputado local Octavio Martínez Vargas, quien preside La Central de Ababsto de Ecatepec, no se quedó atrás al subrayar una realidad que todos en los barrios conocen:
“No hay comunidad en Ecatepec que no tenga cinco, seis o siete tiendas.”
Son parte del paisaje social, son economía, son identidad, pero lo más contundente de su intervención fue esto:
“Antes estos eventos costaban y eran lejos; hoy es gratuito. Es una visión distinta de hacer política.”
Es cierto. Durante años, los festivales de proveeduría se realizaban en espacios inaccesibles como el WTC o el Centro Banamex, con costos elevados. Hoy, el mismo tipo de evento llega al territorio, sin cuotas y sin exclusiones. Es, efectivamente, otra forma de entender el servicio público.
Un tejido de alianzas que sí transforma
El Festival Abarrotero no fue improvisado. Reunió a:
- Gobierno de Ecatepec
- Gobierno del Estado de México
- CONACCA
- Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo
- Empresas como Bimbo, Alpura, La Moderna, Jumex, Lala, Nestlé, Colgate, Kimberly Clark, Santa Clara, Unilever, Sigma, Mercado Pago, entre muchas otras
Todas ellas pusieron sobre la mesa descuentos directos, tecnología, vinculación, financiamiento y capacitaciones, lo cual para muchas familias esto significa algo muy concreto: reducir costos y dar precios bajos sin perder ganancias. No en teoría, sino en el día a día.
Una visión
estatal que apuesta por el bienestar compartido
Por su parte, la secretaria de Desarrollo Económico del
Estado de México, Laura González Hernández, planteó algo que hoy parece
olvidado en muchas agendas públicas:
“El desarrollo económico solo tiene sentido si
genera bienestar para todas las personas… si nadie se queda atrás.”
Sus palabras fueron más que una postura
técnica. Enmarcaron el festival dentro de una visión mayor: proyectos como el Polo
del Bienestar impulsado por la gobernadora Delfina Gómez, y la
necesidad de fortalecer la economía regional desde el pequeño comercio.
El mensaje fue claro: no hay bienestar posible
si quienes sostienen la economía popular no tienen herramientas reales
—tecnología, financiamiento, formación, vínculos con proveedores— para mejorar
sus ingresos y su calidad de vida.
Ecatepec escribe otra página de su propia historia
En un municipio donde el esfuerzo cotidiano es
la moneda que sostiene la vida, el Festival Abarrotero Ecatepec fue más que un
evento: fue un recordatorio de que el desarrollo no debe ser un privilegio.
Cuando los gobiernos entienden que la economía
local se construye desde las colonias, desde las tiendas, desde el barrio,
entonces la política vuelve a su origen: servir a la gente.
Y Ecatepec, al menos por un día, volvió a
verse a sí mismo con orgullo.
¿Qué
opinas? ¿Este tipo de programas pueden transformar la economía local
desde abajo?
Te leemos en los comentarios del Diario de Ecatepec.








